El lento declive del PC, contra los vaticinios agoreros
El PC, en caída libre. Los Smartphone ganan terreno a costa del PC. El declive del PC no parará. Desplome mundial en las ventas de PC. Son algunos de los titulares (agoreros) aparecidos en distintos medios de comunicación en las últimas semanas. Todos ellos, como es obvio, apuntan a una crisis irreversible del mercado del ordenador personal mientras nos invitan a asistir a un réquiem por ellos. Debo ser sincero y decir que disiento totalmente de esa tesis. O, por lo menos, me niego a aceptar una silogismo tan simplista como que el auge de las tabletas y los smartphones implican necesariamente la desaparición de los ordenadores de mesa. Vayamos más allá.
¿Se puede hablar de un declive del PC real?
Cuando se habla de esa supuesta agonía del ordenador no se hace referencia a algo tan sencillo o banal como la decadencia de un determinado hardware. Por delante está la industria del software que, hasta hoy, requería de un determinado hardware como elemento principal para el funcionamiento de sus aplicaciones. Los fabricantes de software no están por la labor de generar mastodónticos softwares de instalación en local. Quieren desmenuzar las soluciones que ofrecen sus sistemas a las necesidades actuales del usuario (a poder ser, obteniendo beneficios cuantiosos y recurrentes) y no sólo en el proceso inicial de la venta. Esto se lo dan, en gran medida, las Apps:
- Opciones limitadas en modo gratuito
- Posibilidad de generar más ingresos si adquieres opciones adicionales
- Publicidad en dichas Apps
Los usuarios nos hemos acostumbrado a aplicaciones potentes que nos proporcionan un sinfín de opciones. Por el contrario, las Apps actuales son soluciones muy efectivas pero con opciones concretas y limitadas. El quid de la cuestión está en saber si las Apps podrán ofrecer todo lo que tiene un software tradicional o si , por el contrario, estos softwares tendrán que estar instalados en la nube, como sucede hoy en día con los sistemas de virtualización de escritorio. Aún más. Podríamos preguntarnos si el usuario será capaz de adaptarse a trabajar con aplicaciones más simples que sólo darán una determinada solución, pero sin llegar al porfolio de opciones de una aplicación tradicional.
La tradición artesanal del PC
Si un alumno en una escuela trabaja hoy con un portátil no será nada lógico que de adulto en su empresa tenga un PC. El declive del PC en el sector empresa evoluciona hacia los equipos tipo cliente ligero o a los ultrabooks. Pero el PC o la estación de trabajo seguirá presente, de momento, para tareas muy específicas. Nos hemos acostumbrado a depender de servicios en la red sobre la información que manejamos (gmail, itunes, Exchange online, drop box, Skype, la www, google apps, etc.). Ahora nos acostumbramos a tener Apps en nuestros equipos que requieren de la red en un alto porcentaje. En cierta medida, el ejemplo de las TI no dista mucho de otros sectores más tradicionales. Nuestros antepasados se hacían los muebles a medida. No había otra. Hoy, en cambio, los compras en grandes superficies, al momento. La funcionalidad, claro, es la misma, pero a nadie se le escapa que la calidad de los últimos con respecto a los primeros, artesanales, es mayoritariamente inferior. ¿Pasará lo mismo en el sector de las aplicaciones? Siempre habrá quien siga haciéndose los muebles a medida.